Eric Lamaze y Hickstead compusieron un binomio simplemente extraordinario. En su época, su reinado fue absoluto, donde ningún otro conjunto les pudo disputar el cetro del mejor conjunto hípico de su generación.

Cuando ganaron el oro olímpico individual en Pekín 2.008, es que tenían que ganarlo, ya que tenían la obligación de la “inevitabilidad”. Inevitablemente tenían que colgarse ese oro, ese día, a esa hora y en ese lugar.
Amén de la gran cantidad de Grandes Premios de cinco estrellas que ganaron, se hicieron con los Grandes Premios de CSIO***** de Calgary Masters-2, Aachen, Roma y La Baule.
No es fácil encontrar conjuntos que hayan ganado eso…
Carolo López-Quesada
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