El Campeonato del Mundo de Buenos Aires 1.966
- Carolo López-Quesada
- 7 jun
- 3 Min. de lectura
Sexta Final del Campeonato del Mundo; Buenos Aires 1.966. Hasta la fecha se habían disputado las siguientes sedes: París 1.953, Madrid 1.954, Aachen 1.955, Aachen 1.956 y Venecia 1.960.
El primer triunfador había sido el gran Francisco Goyoaga; posteriormente dos triunfos consecutivos de Hans Gunter Winkler y otros dos consecutivos de Raimondo D’Inzeo.
Desde la final de Venecia de 1.960, hubo un paréntesis de seis años, para volver a evaluar quién era el mejor jinete del mundo en la capital argentina.

Tras la petición formal de la Federación Ecuestre Argentina a la FEI, el Campeonato se le concedió al Club Hípico Argentino. La pista tuvo unas dimensiones de 117 x 72 metros, con unas tribunas repletas de público . Se calcula que unas 6.000 personas pudieron contemplar la final.
Al Campeonato acudieron 6 jinetes europeos: José Álvarez de Bohorques (Quizás), Alfonso Queipo de Llano (Infernal) , Pierre Jonqueres D’Oriola (Pomone B), Raimondo D’Inzeo (Bowjak) , Graziano Mancinelli (Oxo Bob) y Anton Ebben (Kairouan).
Los importantes jinetes sudamericanos, esperaban su ocasión para tratar de erigirse en Campeones del Mundo: Nelson Pessoa (Huipil), Américo Simonetti (Trago Amargo), Hugo Arrambide (Chimbote), Alberto de los Santos (Sete Belo), Roberto Nielsen (Arapey), el Capitán Amaya(Gemelo), Rafael Pauliier (Julián), Rodríguez Veliz (Mercury)…
En la primera prueba calificativa hubo seis recorridos sin faltas: D’Oriola, A. Bohorques, Mancinelli, Ebben, Simonetti y el jinete uruguayo Paullier.
La segunda prueba calificativa fue una potencia restringida, en la que en la primera manga hubo tan solo tres recorridos limpios: D’Oriola, A. Bohorques y Nielsen Reyes. Tras la segunda manga, solamente D’Oriola pudo completar un recorrido sin faltas, dejando a nuestro jinete español en la segunda posición de la prueba y al boliviano Nielsen Reyes en la tercera plaza.
En la tercera prueba calificativa (2 vueltas iguales), Raimondo D’Inzeo con Bowjak fue el único jinete en hacer un doble recorrido sin faltas.
La Final:
Realmente la Final de Buenos Aires tuvo todo el talento del mundo a nivel de jinetes. Raimondo D’Inzeo, Pierre Jonqueres D’Oriola, Nelson Pessoa y José Álvarez de Bohorques, un cuarteto de garantía de espectáculo.
El jinete reserva fue Graziano Mancinelli por Italia.
La prueba final fue un recorrido de 8 obstáculos con un triple y una ría. Hubo dos “oxeres” de 2 metros de fondo, la ría de 4,50 metros y lo demás todo a 1,50. El diseñador técnico fue Osman A. Righetti.
Pierre D’Oriola con la hija de Furioso, Pomone B, se proclamaba Campeón del Mundo al totalizar tras los cuatro recorridos 16 puntos. La medalla de plata fue para nuestro compatriota José Álvarez de Bohorques con 19 puntos, dejando el bronce en manos de Raimondo D’Inzeo con 30 puntos y la cuarta posición para Nelsson Pessoa con 35 puntos.
Pierre D’Oriola: 0 con Pomone, 4 con Huipil y Quizás y 8 con Bowjak.
José Álvarez de Bohorques: 15 con su caballo Quizás, 0 con Bowjak y Huipil y 4 con Pomone.
Raimondo D’Inzeo: 10 con su caballo, 4 con Huipil y 8 con Quizás y Pomone.
Nelson Pessoa: 10 puntos con su caballo, 14 con Quizás, 10 con Pomone y 0 con Bowjak.
Pierre Jonqueres D’Oriola fue el único jinete en interpretar bien a su caballo ese día , puesto que fue el único de los cuatro jinetes que completó un recorrido sin faltas con su propio caballo.
Los mejores caballos de la final fueron Huipil y Bowjak con 18 puntos, seguidos de Pomone B con 22 puntos.
El caballo más complicado de la final fue nuestro caballo nacional Quizás, que totalizó 41 puntos.
Un campeonato en el que no acudieron jinetes alemanes, de USA, de Irlanda, de Suiza, de Canadá… unos por temas veterinarios y otros por temas de costes.
En su CUARTA final, Pierre Jonqueres D’Oriola, se colgaba el título de Campeón del Mundo; hasta la fecha tenía una plata y un bronce.
Además de ello, se unía al “restringido club“ de los que ya eran Campeones del Mundo y Campeones Olímpicos: Hans Gunter Winkler, Raimondo D’Inzeo y Pierre D’Oriola.
Carolo López-Quesada
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