En los años setenta uno de los jinetes que marcó la diferencia en nuestro deporte fue Eddie Macken, un jinete que en esos tiempos dominaba el mundo hípico, no solamente por resultados, sino sobre todo por el nivel de equitación que desplegaba.
Pasó a dos Finales de Copa del Mundo consecutivas, Hickstead 74y Aachen 78, en el primer caso montado a Pelé y en el segundo caso a Boomerang, y en ambos casos lograba medallas de plata individuales, y en ambos casos fue batido por dos jinetes germanos.
En el 74 Hartwig Steenken y Simona fueron los ganadores, mientras que en el 78 los ganadores fueron Gerd Wiltfang y Roman.
Dos germanos de máximo nivel le dejaron sin su oro.
Carolo López-Quesada
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