En pleno corazón del desembarco de Normandía, y durante los días terribles de esta excepcional gesta, nacía en St. Marie du Mont el caballo Arlequín D. Entre bombas, aliados, alemanes, humo, tristeza…comenzó a desarrollar su existencia de futuro caballo de competición internacional.
Su raza anglo-normando, su padre Ivanhoe (TB), su madre Imperieuse (Normanda), su modelo una preciosidad, un auténtico y actual modelo de caballo de concurso de nuestros días.
Prácticamente nació en lo que los norteamericanos denominaron “Utah Beach“, nombre en clave que recibieron las playas más occidentales de Normandía durante el desembarco.
El desembarco de las tropas aliadas se realizó un kilómetro más al sur del objetivo señalado, debido al humo del bombardeo naval; sin embargo, las defensas alemanas estaban menos concentradas allí, por lo que las bajas fueron de 197 soldados americanos (entre fallecidos y heridos), siendo la playa más “leve“ en cuanto a terror, y la más rápidamente tomada el Día D.
En “Omaha Beach”, algo más al este, las bajas llegaron hasta 3.000 soldados aliados y 2.000 soldados germanos.
En fin, entre toda esta negra y tétrica odisea, creció Arlequín D.
Su primer jinete fue Georges Calmon, un clásico jinete francés de la época, para posteriormente entregárselo al diferente D’Orgeix. Con Jean D’Orgeix compitió durante tres años, incluyendo una participación en los Juegos Olímpicos de 1.952.
Con 9 años, el caballo fue puesto a disposición de Pierre Jonqueres D’Oriola. Desde entonces una ejemplar consecución de importantes resultados, avalaron la categoría del caballo. Gran Premio del CSIO de Roma, Grandes Premios de Vichy, Pau (2), Badem-Badem, Coblenza, seis barras en Niza y Argel…con 4.900.000 francos de la época en ganancias.
En el Campeonato del Mundo de Madrid 1.954, Pierre D’Oriola tomó parte con este caballo en la única final de Campeonato del Mundo que se ha corrido con 5 jinetes y 5 caballos diferentes. Una medalla de plata, confirmó una ejemplar trayectoria, aunque a nosotros los españoles nos hizo un destrozo, derribando dos obstáculos con Paco Goyoaga y relegándole al tercer puesto mundial.
Arlequín D, fue un auténtico icono de su época; siempre será recordado como el caballo que nació entre las bombas.
Carolo López-Quesada
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